Este fenómeno se pudo observar en todo el Ártico oriental, en el Norte de Canadá, en la península de Kamchatka y otras regiones del Extremo Oriente ruso.
Este fenómeno fue de gran belleza, en el norte de Noruega, Finlandia y Suecia, ya que el sol en estas épocas del año, no se pone en las zonas árticas y al marcar el reloj la medianoche local, al finalizar el día 1 de Junio, el persistente sol fue ocultado por a luna en un 60%.
En estas zonas se pudo observar un Sol, transformado en media luna, rodeado por los colores rojos y naranjas de un cielo en su atardecer.
El día 15 de junio, tuvo lugar un eclipse de Luna, fenómeno que a pesar de no ser tan llamativo como el anterior, fue un espectáculo celeste digno de ser observado.
Los eclipses de Luna se producen cuando la Luna entra en el cono de sombra de la Tierra, lo que ocurre como máximo tres veces al año. Si la Luna girase en el mismo plano que la Tierra observaríamos un eclipse todos los meses, pero el plano de la órbita de la Luna se encuentra inclinado unos 5º respecto a la eclíptica, con lo que los eclipses sólo se producen cuando el Sol, La Tierra y la Luna se alinean en el mismo plano, esto sólo pasa cuando existe Luna llena.
A diferencia de los eclipses totales de Sol, que son visibles en una estrecha franja, los eclipses de Luna pueden verse desde todo el hemisferio desde el que la Luna es visible.
La duración total puede llegar a ser de 3h. 40 min., ya que la Luna se mueve relativamente despacio y el cono de sombra es relativamente grande, en relación con la sombra que se produce sobre la Tierra en un eclipse de Sol.
Las características de un eclipse se repiten cada 18 años, 11 días y 8 horas, con pequeñas variaciones, lo que se conoce con el nombre de Ciclo de Saros.
Todos los eclipses comparten la misma alineación Sol-Tierra-Luna, pero las pequeñas diferencias en la geometría específica de la alineación hacen que cada eclipse tenga sus propias características en cuanto a tonos, distribución de colores, profundidad de la sombra, brillo etc.
El brillo de la Luna se calcula, a simple vista, mediante la escala de Danjon, se trata de una escala de cinco niveles, donde el 0 corresponde a eclipses muy oscuros y el 4 a eclipses muy brillantes:
0: muy oscuros, Luna casi invisible en la semitonalidad
1: grises oscuros o pardos, pocos detalles visibles
2: rojizos con área central más oscura, regiones externas muy brillantes
3: rojo ladrillo, frecuentemente con un margen amarillento
4: anaranjado o cobrizo, muy brillante, a veces con un margen azulado.
Los eclipses se pueden clasificar, dependiendo del grado de intromisión de la Luna en el cono de sombra, en: penumbrales, parciales y totales.
El eclipse del 15 de Junio fue total, la Luna entró completamente dentro de la sombra de la Tierra, tomando una tonalidad rojo ladrillo, debido a que la atmósfera de la Tierra actuó como un filtro absorbiendo todas las longitudes de onda menos la del color rojo.
En estas zonas se pudo observar un Sol, transformado en media luna, rodeado por los colores rojos y naranjas de un cielo en su atardecer.
El día 15 de junio, tuvo lugar un eclipse de Luna, fenómeno que a pesar de no ser tan llamativo como el anterior, fue un espectáculo celeste digno de ser observado.
Los eclipses de Luna se producen cuando la Luna entra en el cono de sombra de la Tierra, lo que ocurre como máximo tres veces al año. Si la Luna girase en el mismo plano que la Tierra observaríamos un eclipse todos los meses, pero el plano de la órbita de la Luna se encuentra inclinado unos 5º respecto a la eclíptica, con lo que los eclipses sólo se producen cuando el Sol, La Tierra y la Luna se alinean en el mismo plano, esto sólo pasa cuando existe Luna llena.
A diferencia de los eclipses totales de Sol, que son visibles en una estrecha franja, los eclipses de Luna pueden verse desde todo el hemisferio desde el que la Luna es visible.
La duración total puede llegar a ser de 3h. 40 min., ya que la Luna se mueve relativamente despacio y el cono de sombra es relativamente grande, en relación con la sombra que se produce sobre la Tierra en un eclipse de Sol.
Las características de un eclipse se repiten cada 18 años, 11 días y 8 horas, con pequeñas variaciones, lo que se conoce con el nombre de Ciclo de Saros.
Todos los eclipses comparten la misma alineación Sol-Tierra-Luna, pero las pequeñas diferencias en la geometría específica de la alineación hacen que cada eclipse tenga sus propias características en cuanto a tonos, distribución de colores, profundidad de la sombra, brillo etc.
El brillo de la Luna se calcula, a simple vista, mediante la escala de Danjon, se trata de una escala de cinco niveles, donde el 0 corresponde a eclipses muy oscuros y el 4 a eclipses muy brillantes:
0: muy oscuros, Luna casi invisible en la semitonalidad
1: grises oscuros o pardos, pocos detalles visibles
2: rojizos con área central más oscura, regiones externas muy brillantes
3: rojo ladrillo, frecuentemente con un margen amarillento
4: anaranjado o cobrizo, muy brillante, a veces con un margen azulado.
Los eclipses se pueden clasificar, dependiendo del grado de intromisión de la Luna en el cono de sombra, en: penumbrales, parciales y totales.
El eclipse del 15 de Junio fue total, la Luna entró completamente dentro de la sombra de la Tierra, tomando una tonalidad rojo ladrillo, debido a que la atmósfera de la Tierra actuó como un filtro absorbiendo todas las longitudes de onda menos la del color rojo.
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